En nuestras vidas suceden cambios evolutivos tanto a nivel fisiológico como psicológico. Nuestra relación con los demás y con nosotros mismos cambia. Al igual que las vidas de anteriores generaciones , de nuestros antepasados y tal como sucederá con los futuros hombres y mujeres.
Quienes tienen la suerte de recorrer el largo camino de todo el ciclo vital sienten esta transformación que no por lenta es imparable, más a pesar de ello, en el fondo de su alma saben que siguen siendo ellos mismos, misterio insondable, a pesar de todo.
Al formar parte indivisa de la Naturaleza nuestro recorrido se asemeja con el de nuestra querida Tierra, cambiante a lo largo del año si bien siempre la misma.
Pintores, músicos y escritores han hablado de los simbolismos que encierran las estaciones del año en relación con el ser humano. Que el lector halle algo de su propio ser en las siguientes metáfora es mi deseo.
Surgen las flores y los ruiseñores
y nacen los ojos brillantes
que observan todo lo que les rodea.
¿Qué mundo es este
lleno de gigantes?
¿Podré llegar yo a ser uno de ellos?
¿De dónde han salido?
¡Tengo hambre, tengo sueño!
¡Tengo ganas de jugar!
¿Porqué habla la gente?
¿Los perros hablan? Yo no los entiendo
pero hablo con ellos.
La tele me atrae, es mi compañera,
y mis muñequitos juegan conmigo.
¡La oscuridad me dá miedo!
Me pongo a llorar y vienen mis padres
a consolarme.
Con estos colores puedo hacer dibujos
y aunque son muy feas disfruto.
Me gusta ver qué hay dentro de las cosas
que veo y las quiero coger.
Si como mucho creceré y me haré gigante
pero no quisiera que fuera así.
¡Quiero ser siempre niño!
¡Pues creo que estos señores están locos!
Copyright: Ferran Ausiró i García.1980.
Photo by: Antonia Pinazo.
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